Según datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés), en la campaña 2023/24, China lideró las importaciones mundiales de trigo (incluyendo harina), maíz, sorgo y cebada, sumando más de 61 millones de toneladas (Mt). Este volumen representa un aumento de más del 1600 % respecto a la campaña 2010/11. Además, como es habitual, China se mantuvo como el mayor importador de soja, concentrando el 60 % del comercio global de esta oleaginosa en los últimos años.
A partir de 2010, las importaciones chinas de cereales comenzaron a acelerarse, aunque durante esa década los volúmenes de maíz y trigo siguieron siendo modestos en comparación con los registros recientes. En promedio, China adquiriría 4 Mt anuales de cada uno de estos cereales, representando apenas entre el 2 % y 3 % del comercio internacional, una cifra insignificante en relación con su consumo interno.

Paralelamente, el país acumulaba grandes reservas de granos como parte de su estrategia de seguridad alimentaria, incrementando su participación en los stocks globales. Esta tendencia se intensificó a partir de 2020, cuando las importaciones de cereales aumentaron excesivamente.
En la campaña 2020/21, China duplicó sus compras de trigo en el mercado internacional y casi cuadruplicó las de maíz en comparación con el ciclo anterior. Durante cuatro campañas consecutivas, sus importaciones anuales promediaron 12 Mt de trigo y 23 Mt de maíz. Como resultado, la proporción de las reservas globales de maíz en manos chinas pasó del 30 % en la segunda mitad de los 2000 a casi el 70 % en la actualidad. En el caso del trigo, la cifra aumentó del 27 % al 50 %. Actualmente, China posee más de la mitad de las reservas mundiales de los principales cereales.
Contexto y proyecciones a futuro
Las proyecciones a corto y mediano plazo indican que China reducirá su protagonismo en el comercio mundial de cereales. En su informe de febrero sobre Estimaciones de Oferta y Demanda Agrícola Mundial (WASDE), el USDA ajustó significativamente a la baja las previsiones de importaciones chinas de maíz y trigo para la campaña 2024/25. Las compras de maíz se redujeron de 13 Mt a 10 Mt, mientras que las de trigo bajaron de 10,5 Mt a 8 Mt, lo que supone caídas del 57 % y 32 %, respectivamente, en comparación con los promedios de las cuatro campañas anteriores.
Varios factores explican esta tendencia. Por un lado, China enfrenta un proceso de envejecimiento y reducción de su población, sumado a un enfriamiento económico y una crisis en el sector inmobiliario. Esto ha afectado la confianza de los consumidores, reduciendo la demanda de carne y, en consecuencia, la necesidad de cereales para alimentación animal.
Además, el gobierno chino refuerza su estrategia de autosuficiencia en productos agrícolas clave. La ley de seguridad alimentaria, vigente desde el año pasado, impulsa medidas como la protección de tierras de cultivo, mejoras en los campos, subsidios directos para productores de cereales, precios mínimos para trigo y arroz, y un fuerte enfoque en la investigación y desarrollo de semillas para aumentar la productividad. Estas políticas, sumadas a sus vastas reservas de granos, refuerzan su capacidad para depender menos del mercado internacional.
En este contexto, todo indica que el papel de China en el comercio global de cereales ya no será el mismo que en el inicio de esta década. Productores y comerciantes internacionales deberán adaptarse a una nueva realidad, más cercana a la que predominó en la década pasada.
14 de marzo de 2025 | Bolsa de Comercio de Rosario | Argentina www.bcr.com.ar